Rocío Camacho es una de esas influencers que dedican su vida a algo más que subir fotos a Instagram, viajar o vender productos. Tiene sueños y objetivos y su marca de ropa es uno de sus sueños cumplidos. Le está costando mucho trabajo, pero está feliz con los resultados y no piensa cesar en su empeño de convertirla en todo un éxito.

Aunque últimamente se ha hablado mucho de ella por su relación con el actor Álex González, lo cierto es que prefiere mantener su vida privada en la intimidad y no le gusta hablar de sus parejas. Por cierto, que ser influencer le ha pasado factura y le ha costado alguna de esas relaciones.

De eso y de cómo afronta la vida y los retos habla en su primer libro, Co(n)razón. Una especie de compilación de pautas para enfrentarse a todo con positividad. Se nota que ha reflexionado y trabajado por conocerse y quererse y es que no ha dudado a la hora de contactar con profesionales que le ayudaran a superar sus episodios de ansiedad o pánico escénico.

Tiene sólo 26 años, pero una mentalidad muy madura que puede ayudar a otros jóvenes a definir metas y saber lo que quiere o no de sí mismo y de los demás. Y lo hace tirando de refranes, muchos de ellos, desfasados y desacertados y explica por qué.

Razón o corazón, ¿cuál predomina en tu vida?

Corazón, sin ninguna duda, es por lo que me he guiado siempre y por lo que espero seguir guiándome siempre.

Aunque leyendo el libro también te vemos con la razón muy presente y la cabeza muy bien amueblada.

Hombre, hay que intentar hacer balance en determinadas situaciones, pero en general, por lo que me suelo guiar más es por el corazón, aunque la cabeza me lleve a otras cosas.

Así se llama tu primer libro, que aseguras que ha sido para ti una terapia emocional, ¿qué has descubierto de ti misma?

Primero de todo, que soy capaz de expresarme en temas de sentimientos que yo sabía que tenía en mi cabeza, pero no sabía si iba a ser capaz de expresarlos. Creo que cuando le pones toda tu atención y todas tus ganas todo se acaba consiguiendo. El resto lo llevaba dentro y he descubierto que podía atreverme a expresarme en un montón de cosas que por redes sociales me da pudor o me hace sentir más vulnerable por miedo a las críticas.

¿Esa vulnerabilidad no la has sentido compartiendo este libro?

Sí, al principio me sentí vulnerable por dos cosas. Una por las críticas de cómo se iba a llevar que hablase de determinados temas. Cuando Planeta me lo propuso sentí esa adrenalina de enfrentarme a un nuevo reto, pero luego sentí la vulnerabilidad de no saber qué se esperaba de mí y si iba a cumplir las expectativas que el equipo tenía de mí. Los primeros días me hice un poco pequeñita pero rápidamente intenté esconder todos los fantasmas y hablar como si fuera una charla con una amiga o un familiar e intentar reflejar lo que siento.

Tiras del refranero español, que es muy amplio, y desmontas algunas de esas frases que nos han repetido toda la vida, ¿cuál es la que más urticaria te provoca?

Yo creo que la de ‘más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer’. La he escuchado tantas veces en mi vida en tantos aspectos, tanto en terreno laboral como personal, que es la que más rabia me da. Y el tema de los refranes, soy de un pueblo de Ciudad Real y estoy acostumbradísima toda la vida a que mi madre, mi abuela, familiares, me hayan repetido ciertos refranes y estamos en el siglo XXI y no tenemos por qué tener arraigados ciertos pensamientos que te repiten y los asimilas sin pararte a darles una vuelta y ver si es lo que piensas. Ese de ‘más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer’ es el que más rabia me da porque lo bueno está siempre por conocer y quedarse con lo conocido es quedarse en la zona de confort.

¿Con qué refrán sí te quedarías?

Rocío Camacho: “Somos una generación que usa a las personas como pañuelos de usar y tirar”

A la mayor parte le doy la vuelta, pero si tuviera que quedarme con uno es el de ‘quién supera los complejos va deprisa y va más lejos’. Es el que hubiera gustado cuando tenía 16 o 17 años que como muchas personas, cuando pasamos por la adolescencia, que es una etapa complicada, me hubiera gustado oírlo y hacer hincapié en lo que significa.

Un libro dirigido a los veinteañeros en ese proceso de pasar a la vida adulta, ¿crees que en general los jóvenes tienen ese conocimiento de sí mismos como el que tienes tú?

No y está bien no tenerlo porque es parte del aprendizaje de la vida. Me hace especial ilusión sacar un libro que mostrara mis aprendizajes y que pueden servir a las personas que están pasando por esas etapas.

Tu aprendizaje es el de alguien que le ha dedicado tiempo a conocerse, ¿cómo lo has hecho?

Llevo sufriendo ansiedad como tres años y a partir de ahí mi hermano me empezó a recomendar muchos libros de autoayuda. Si te soy sincera, veía charlas de motivación y autoayuda y demás, pero el tema de los libros no es algo que me tuviese enganchada. Como que me costaba bastante leer. Cuando empecé con el tema de la ansiedad empecé un poco a indagar en tema libros. Siempre me ha gustado el tema de escribir, pero me lo había quedado para mí misma.

Un libro generacional, ¿qué dirías que es lo mejor y lo peor que tiene tu generación?

Lo peor es que somos una generación que usa a las personas como pañuelos de usar y tirar. Aunque yo me dedico a eso, creo que las redes sociales en general, no solo Instagram, han inculcado tanto en amistades como pareja. La superficialidad y el decir ‘si me va mal con esta persona, no pasa nada porque hay veinte mil opciones más’. Es lo peor de nuestra generación. Vivimos deprisa y sin valorar lo realmente importante. También hay partes positivas como que somos gente mucho más abierta, ¿quién iba a decir hace 20 años que Instagram se iba a convertir no solo en una herramienta de ocio sino en una salida de trabajo?

“No existe la vida perfecta”. Empiezas con esa afirmación tan rotunda y desesperanzadora, ¿destruyendo ilusiones?

No, para nada. Me considero una persona muy positiva, pero creo que también hay que ser realista. Soy totalmente consciente de que, al dedicarme a redes sociales, se tiene un poco el concepto de que como lo que muestras es lo bonito, eso es solo lo que vives y para nada. Yo quería dejar claro que soy una chica normal y corriente, con 26 años, y mi vida no es de color de rosa, de arco iris, ni de algodón de azúcar. Tengo problemas como todo el mundo, días de bajón… como cualquier ser humano, pero en mis redes sociales intento reflejar las cosas positivas. También soy positiva e intento hacer de esos momentos de bajón, inseguridad o malos ratos, un momento de aprendizaje y reflexión.

El hecho de mostrar solo la parte positiva, ¿no crees que distorsiona la realidad?

Puede ser, pero también creo que, si quieres noticias malas, solo tienes que ponerte el telediario. Cuando alguien se mete en mi IG quiero que sea una vía de escape. Si ha tenido un mal día de trabajo, que no se tenga que tragar, ‘pues yo también lo he tenido, vamos a amargarnos juntos’, pues no. Métete en mi IG y te distraes un poco, te ríes si he colgado algún TikTok… intento aportar un método de distracción y quiero creer que no transmito la realidad distorsionada porque también cuento que pasos días malos, aunque no los comparta.

Es el libro de una influencer y su forma de entender la vida, ¿hemos superado los prejuicios con tu profesión?

Yo creo que no (risas). Creo que poco a poco se va aceptando más, pero como cualquier cambio, lleva su proceso, y creo que no. Igual que cuando he publicado el libro, he recibido en su inmensa mayoría muchísimas críticas constructivas y muchísimos comentarios positivos, también he recibido muchos comentarios de ‘venga ya, una influencer escribiendo un libro, tú qué tienes que enseñar’ o ‘seguro que te lo han escrito’. También me lo esperaba. Hay mucha gente con muchos prejuicios que cree que una persona que se dedica a IG vive de hacer dos fotos, no hacer absolutamente nada más con su vida, que encima le pagan una cantidad super exagerada de dinero y le habrán escrito el libro, ponen su cara y le dan mucho dinero. Entiendo que es lo que pueda pensar mucha gente al no conocer el mundo, pero la realidad es otra.

Cada vez hay más niñas que quieres ser influencer, ¿qué les dirías?

Sinceramente, que creo que es que haya que buscarlo, que lo que hay que buscar en la vida es lo que te remueva el corazón y te mueva el estómago. Lo que te haga sentir mejor persona. Yo no busqué ser influencer, es algo que surgió. A día de hoy, si me diesen la opción de a qué dedicarme, buscaría dedicarme al mundo de la moda que es básicamente lo que me apasiona.

Influyes en mucha gente, ¿te sientes responsable de los valores que transmites?

No, porque no me considero que sea madre de nadie. Intento mostrarme con responsabilidad, tengo 26 años y no soy una cabeza loca y soy consciente de que me sigue gente menor de edad, pero no me siento con ninguna responsabilidad. Me intento mostrar como soy, como me han educado mis padres y me han enseñado y ya está. No me siento con la responsabilidad de tener que inculcar ciertos valores.

Aun así, no todo es tan de color de rosa. Hablabas antes de la ansiedad que sufres, ¿cómo logras convivir con ella?

Con paciencia y conociéndome porque la verdad es que al principio sí se me hizo complicado porque era como que me negaba que tenía ansiedad porque me surgió cuando lancé mi marca de ropa. Para mí era inviable pensar que yo, que estaba cumpliendo mi sueño estuviese a la vez desarrollando una especie de enfermedad mental. En mi cabeza como que no cabía esa idea. Pero con el paso de las semanas y mi familia que me conoce mejor que nadie, me dijeron ‘no estás bien’ y me hicieron reflexionar. Mi madre también ha sufrido ansiedad muchos años y más que nadie me sabe entender. A día de hoy, la sé detectar muy rápido cuando me va a dar que, por suerte en este momento de vida es muy pocas veces, intentar convivir con ello de la mejor manera posible. Me cuesta mis malos ratos, pero no se acaba el mundo por eso.

Cada vez hay más celebrities que confiesan sufrir esta enfermedad. Si nos centramos en músicos, de J Balvin a Camila Cabello pasando por una larga lista de nombres más. ¿Eso ha ayudado a su normalización o crees que ha sufrido un efecto contagio?

Yo creo que no. Quiero pensar que es la enfermedad del siglo XXI, vivimos acelerados y no nos da tiempo a asimilar las cosas, queremos abarcar demasiadas cosas y eso nos genera ansiedad. Visibilizarlo es super positivo, de ahí a que haya gente que intente montarse su película o subirse al carro de ‘yo también’, no lo sé, quiero pensar que no. Me parece un tema muy serio como para que haya alguien que quiera aprovecharse de eso para sacar cierto beneficio. Es super necesario visibilizarlo para que el que lo sufra y tenga miedo de hablarlo con sus familiares, sepan que no están solos. Es algo normal y se puede salir de ello y es importante pedir ayuda profesional.

También cuentas cómo superaste el pánico escénico, ¿se recae o una vez superado se acabó?

Te puedo hablar de mi caso personal. A día de hoy sí que es cierto que sigo sintiendo pánico si tengo que enfrentarme a mucho público y hablar, pero lo hago. No lo disfruto al cien por cien, pero lo hago.

Una de las personas que más te ha ayudado en todos estos procesos es Antonio, tu hermano, ¿cómo se pasa de tener una relación regular a ser tu gran referente?

En mi caso con la madurez. Siempre ha sido un chico muy maduro y los objetivos muy claros y yo era todo lo contrario. Yo era como una cabra loca, estudiaba y sacaba buenas notas en el instituto, pero mi vida se basaba en que quería todo el rato hacer vida social. No sabía lo que quería estudiar. Con el paso de los años, a partir de los 17 o 18, él fue el que me dijo, ‘está muy bien que queras disfrutar, pero ¿qué quieres hacer con tu vida? ¿qué es lo que te gusta, qué es lo que te motiva, qué aspiraciones tienes?’. A partir de ahí empezamos a llevarnos mejor y hasta día de hoy que para mí, aparte de mi hermano, es mi mejor amigo y la persona a la que le cuento todo.

Él persiguió su sueño con el fútbol y ahora es preparador físico de un equipo de primera división en Rumanía, ¿ha sido inspirador para ti?

Aparte de que ahora esté en un equipo de primera división, el ver el progreso me motiva mucho. Como ha tenido siempre tan claro sus objetivos, yo he visto cómo no se iba de vacaciones por un partido de fútbol que no le suponía nada porque era su pasión. El fin de semana no salía con sus amigos porque tenía que estudiar para poder entrenar entre semana. Ver esa dedicación y el que le suponga tener un objetivo que suponga un reto y no un sacrificio a mí me hace sentir motivada.

¿Te ha invitado a mucha fiesta de futbolistas?

No (risas), no me ha invitado a ninguna fiesta de futbolistas, no potencia mi vida social.

Hablando de referentes, hablas de Vanessa Hudgens, Anahí o Tini, ¿te veías en una serie cantando y bailando?

Qué va, para nada (risas). De pequeña me encantaba el show y en todas las comidas familiares, con mis primas, era mi momento de espectáculo de cantar y bailar y me creía que iba a ser la mejor cantante del mundo. Pero no, el mundo se ha salvado de una catástrofe.

Hablando de series, ¿cuál te ha enganchado últimamente?

La última que me he visto ha sido Sky rojo que me gustó bastante, la verdad.

Aseguras que te define tu actitud y no tu físico, ¿crees que es lo que ocurre realmente en redes sociales?

No, creo que ambas cosas influyen. El físico influye, pero no es por lo que te quedas. Tú puedes seguir a una persona en redes sociales porque parezca guapa, pero las redes están llenas de gente guapísima, y si no te aporta nada más, a mí personalmente, me cansa. Lo puedo seguir un mes para darme cuenta de que no es más que una cara bonita, pero yo creo que es importante también influir en otros aspectos.

Hablas del deporte nacional, no el fútbol sino la crítica, ¿dar la opinión sobre alguien lo consideras crítica?

No, porque creo que se puede dar la opinión sobre alguien y hacerlo de manera subjetiva, pero con criterio y respeto. Pero no suele ocurrir así, la verdad.

Tampoco te gusta prejuzgar, ¿lo suelen hacer contigo?

No lo sé, sí que me he encontrado con varias personas que me han dicho, ‘menuda sorpresa porque me esperaba una persona borde o flipada’. La gente que me ha conocido después de seguirme en IG sí que me han dicho, ‘menuda sorpresa’.

Ya para acabar, ¿qué canción pondrías como banda sonora a tu libro?

Soy afortunado, de Manuel Carrasco. Es una de mis canciones favoritas y, aparte creo que le viene como anillo al dedo.

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