Jugaba a ser una mujer adulta y glamorosa, con su expansiva melena rubia, sus facciones resaltadas con profuso maquillaje y sus vestidos de fiesta. Pero JonBenét Ramsey era apenas una niñita. A instancias de su madre, que la inscribía en cuanto concurso de belleza para niñas existiera en los Estados Unidos, la pequeña se había coronado, entre otras cosas, como Little Miss Colorado, America’s Royale Miss y National Tiny Miss Beauty.JonBenét Ramsey: una víctima, seis sospechosos y el crimen que paralizó a un país JonBenét Ramsey: una víctima, seis sospechosos y el crimen que paralizó a un país

La popularidad de esa niña de ojos celestes y sonrisa encantadora se hacía cada vez más grande en el estado de Colorado, donde vivía, y en todo el país. Por ello, la opinión pública estadounidense entró en shock cuando la pequeña apareció sin vida en el sótano de su propia casa el día posterior a la Navidad de 1996. Había sido asesinada. Tenía tan solo seis años.

Pasaron casi 24 años de aquel infausto suceso, pero el homicidio de la pequeña nunca se resolvió. Bajo la sombra de la sospecha estuvieron sus padres y hasta su hermano mayor, que vivían con ella en la casona del pueblo de Boulder, Colorado, donde JonBenét tuvo su atroz final. También se puso la lupa sobre otros sospechosos, pero nunca se halló una pista suficientemente firme como para atrapar a nadie.

Un secuestro que no fue

JonBenét nació el 6 de agosto de 1990 en Atlanta, estado de Georgia. Su padre era John, un adinerado hombre de negocios, presidente de la empresa de servicios informáticos Acces Graphic. Su madre, Patsy, había sido reina de belleza de Virginia en su juventud y llevó a su hija, aún muy pequeña, por el camino de este tipo de concursos. Completaba la familia su hermano mayor, Burke, que era tres años mayor que su hermana, y que, a pesar de sus breves nueve años, tampoco escaparía a las sospechas.

La tragedia llegó a la inmensa casona de la calle 15 de Boulder en algún momento posterior a la cena navideña, que los Ramsey pasaron en casa de unos amigos. La familia regresó al hogar en esa fría y nevada noche, y todos se retiraron a dormir. Al otro día iban a volar a Michigan. Pero a eso de las 5.30 de la mañana, Patsy bajó de su habitación y encontró una nota en la escalera.

En una letra manuscrita y con una extensión de tres páginas, la carta hallada en los escalones decía que una banda extranjera había secuestrado a la pequeña. Ellos pedían por su rescate unos 118.000 dólares. El texto también decía que la familia no debía llamar a la policía si quería volver a encontrar a JonBenét con vida. Pero, desesperada ante la situación, Patsy llamó a la estación del sheriff local. Todavía no eran las seis de la mañana de aquel jueves 26 de diciembre de 1996.

Dos cosas llamaron luego la atención de los investigadores acerca de la nota encontrada en la escalera. La primera, que el dinero exigido era justo lo que había cobrado el papá de la niña como bonificación de fin de año. La persona que escribió la nota parecía conocer este detalle.

Y la segunda instancia llamativa era que los supuestos intrusos habían escrito su misiva para pedir rescate con papeles y una lapicera de la propia familia Ramsey. De esto se dedujo que los secuestradores se tomaron el tiempo para escribir la nota dentro de la casa, en lugar de realizar su tarea de captura de la niña lo más rápido posible. Algo que resultó un tanto extraño para los primeros investigadores del caso.

El hallazgo de JonBenét

JonBenét Ramsey: una víctima, seis sospechosos y el crimen que paralizó a un país

La policía llegó a la vivienda de los Ramseyinmediatamente y no encontró huellas en la nieve ni nada que les indicara que alguna persona hubiera ingresado a la casona. Regresaron otra vez al mediodía, con la sugerencia de que se revisara la casa de arriba a abajo. Entonces, fue el propio padre de la menor el que se dirigió al sótano de la vivienda. Y allí encontró el cuerpo de su hija.

La niña fue encontrada tendida en el suelo, boca arriba. Estaba cubierta por una sábana, tenía una cinta adhesiva en la boca, un cordón de nylon alrededor del cuello y las muñecas, y arañazos y marcas por todo su cuerpo.

Los medios que registraron lo que pasó en los primeros momentos del hallazgo señalaron entonces que el papá de la niña levantó a la pequeña del piso y la llevó a una sala superior. Lo que para algunos fue el acto de un padre desesperado, para otros, en el maremoto de teorías que cayó sobre la causa, fue una forma solapada de destruir la escena del crimen.

En una primera instancia se pensó que la causa de la muerte de JonBenét había sido asfixia. Se utilizó para ello un método de tortura medieval llamado garrote, que consiste en apretar una soga alrededor del cuello dando vueltas un trozo de madera, que en este caso fue el mango de una brocha. Luego se determinó que la niña había sufrido también un fuerte golpe en la cabeza, con algún objeto contundente, que le provocó una ruptura en el cráneo de unos 20 centímetros. La conclusión de la autopsia señaló que la niña murió por "asfixia por estrangulamiento asociada a un trauma craneoencefálico".

Si bien en un principio, además, se sospechó que la niña había sido abusada, eso es algo que nunca se corroboró. De todas formas, se encontraron muestras de ADN en las prendas íntimas de la pequeña, que serían determinantes en futuras instancias de la investigación.

Sospechas sobre la familia

En líneas generales, la policía de Bouldersospechó desde el primer momento que algún miembro de la misma familia Ramsey, con la complicidad del resto, había sido el autor del crimen de la niña, y hacia allí dirigieron todas sus teorías. En tanto, investigadores independientes y, más adelante, la oficina del fiscal, centraron sus hipótesis en la autoría del asesinato por parte de un intruso. Como la prueba más concluyente de su teoría, ellos exhibieron una ventana del sótano que se encontraba abierta cuando se inspeccionó la escena del crimen.

En el caso de los señalamientos hacia la familia, era la policía la que solía filtrar información que luego llegaba a las portadas de los tabloides, en general de manera sensacionalista y apuntando al escándalo. El ingrediente de la niña como reina de belleza y con una supuesta sexualización prematura alimentaba todavía más la carnicería mediática en relación con este caso.

Así, por ejemplo, la opinión pública recibía la información de que la niña había sido asesinada por su madre, que, harta de que su pequeña mojara la cama -algo que jamás se comprobó-, la golpeó en un ataque de ira, y la mató de manera accidental. Luego, según estos trascendidos que fueron primera plana, Patsy intentó encubrir su crimen con la simulación de un secuestro. Para ello, escribió la nota de rescate y embarcó a toda su familia en el ocultamiento del crimen.

Sin embargo, diversos peritos grafólogos establecieron que la letra de la carta que pedía dinero por la devolución con vida de la niña no pertenecía a Patsy. Y tampoco al padre de JonBenét.

Otro de los señalados como sospechoso por el asesinato fue el padre de la niña, básicamente por haber quitado el cuerpo de la escena del crimen. Se llegó a decir incluso que abusaba de ella, algo que fue descartado por los patólogos forenses que tuvieron oportunidad de acceder a los resultados de la autopsia de la niña, como lo muestra el documental de la señal A&E, El asesinato de JonBenét, la verdad revelada.

Y tampoco el hermano mayor de la reina de belleza logró escapar de las sospechas. Se dijo que estaba celoso de su hermana desde que nació porque le robó la atención de los padres. Se señaló que la noche del crimen se habían peleado porque ella le quitó una porción de fruta que él estaba comiendo y que él, colérico, la golpeó con una linterna en la cabeza y le provocó la muerte.

En efecto, una linterna apareció en la escena del crimen, pero no pudieron hallar en ella ninguna prueba de que hubiera sido usada como un arma.

Si bien los familiares de JonBenétnunca fueron formalmente acusados por el crimen, solo en julio de 2008, la fiscal de distrito del condado de Boulder, Mary Lacy, señaló, a través de una carta al papá de la niña, que nadie del círculo familiar de la pequeña era ya sospechoso del crimen. Aseguró que los tres eran inocentes, y pidió disculpas por tantos años de haberlos tenido bajo el manto de la duda.

Las evidencias de la fiscal para pedir disculpas a la familia eran científicas: el ADN hallado en la ropa interior de la pequeña no se correspondía con el de alguien de su entorno familiar. Con esto, la teoría de que el homicidio lo había cometido un intruso tomaba mayor credibilidad y se convertía en la única posible.

Lamentablemente, Patsy no pudo llegar a recibir esta carta de exoneración. Había muerto en el año 1996 a causa de un cáncer de ovarios que padeció durante muchos años.

Más sospechosos y una extraña teoría

Con el paso del tiempo, más sospechosos se sumaron a la lista. Un par de ellos lo hicieron, incluso, autoincriminándose. En 2006, John Mark Karr, un exmaestro de escuela, confesó a través de un e-mail a un profesor de Colorado que había matado a la niña en un "juego de amor que salió mal". Karr fue arrestado en Tailandia, donde vivía, pero su autoría del hecho -a pesar de su obstinada insistencia- fue descartada por no coincidir con el ADN hallado en la ropa de la niña.

El otro autoinculpado que fue descartado por las muestras genéticas no compatibles se llamaba Gary Oliva. Se trata de un residente de Boulder con causas por abuso sexual, a quien le encontraron en su mochila recortes de una revista con la pequeña JonBenét en un arresto por un asunto de drogas en 2000. Un compañero de la secundaria de Olivaaseguró que este lo llamó inmediatamente después del crimen de la pequeña y le confesó, con angustia: "He lastimado a una niña. Lastimé a una niña".

En 2016, Oliva le escribió otra carta a su excompañero en la que se volvió a declarar como autor del crimen, según consigna el diario británico Daily Mail. Pero la ciencia lo exoneró de este asesinato.

También se llegó a sospechar del Papá Noel del pueblo, Bill McReynolds, fallecido hace unos años, que tenía una buena relación con la niña, y de la que se confesó admirador, según el medio local Denver Post. Un ama de llaves de la familia, y un electricista en litigio con los Ramsey cierran la lista de los que alguna vez fueron relacionados con el crimen, pero sin ninguna prueba consistente que los pusiera ni cerca del banquillo de los acusados.

Y entre tantas y variadas teorías, el caso de la pequeña tampoco escapó de los mitos urbanos. El youtuber Dave Johnson subió en 2014 un video, reproducido millones de veces, en el que aseguraba que la pequeña reina de belleza no había muerto, sino que sus padres la habían entregado para hacerla una superestrella de elite. La otrora Little Miss Colorado, según esta llamativa conjetura, sería hoy nada menos que la cantante pop y flamante mamá, Katy Perry. Por sí sola, la fecha de nacimiento de la estrella de la canción -1984, seis años antes que JonBenét- echa por tierra esta hipótesis conspiranoica. Pero la leyenda ya está instalada.

Los restos de JonBenétse encuentran en el cementerio de Atlanta, la ciudad donde nació, junto a su madre Patsy. Pasaron casi 24 años de la fatídica noche navideña en la que alguien le quitó la vida. Y todavía, su crimen, uno de los más resonantes de la década del ’90, continúa impune.

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