En 2021, los NFTs irrumpieron en Internet de una manera escandalosa. Cada semana, se daba a conocer que una obra digital se vendía por cientos de miles de dólares o que varios artistas y millonarios se unían a este mercado para presumir sus compras en redes sociales.Los NFTs se están convirtiendo en grandes estafas Los NFTs se están convirtiendo en grandes estafas

La fiebre de los NFTs atrajo la atención de artistas digitales e inversionistas de criptomonedas que vieron un nuevo modelo de negocio en el que ellos podían controlar casi todo.

La idea que se le vendió al mundo sobre los NFTs era buena. Si tú eres un artista o creador de contenido, tienes la oportunidad de vender tus obras de manera segura y al precio que tú eligieras, estas pueden ser imágenes, ilustraciones, videos, GIFS, avatares, sonidos, etc.

Pero si tú eres quién compró ese archivo digital, puedes coleccionarlo o ponerlo de nuevo a la venta a un valor mucho más alto, especialmente si se trataba de un NFTs exclusivo, legendario o raro. Este artículo del portal The Verge explica el proceso más a detalle.


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Para cualquier caso, era un ganar-ganar. Los artistas digitales obtenían grandes sumas de dinero por sus obras de manera rápida y los compradores se hacían de archivos que incrementaban su valor cada día.

Sin embargo, empresas de todo el mundo, especuladores y hasta gente dedicada a la estafa digital también comenzaron a explorar el mundo de los NFTs para idear nuevas maneras de hacer dinero rápido, ya que hasta la fecha no existen regulaciones legales y fiscales sobre las transacciones que se hacen por estos archivos.

Las nuevas trampas en los NFTs

Empresas reconocidas buscan dinero rápido

Uno de los casos más sonados sobre su incursión en los NFTs es la NBA, la liga de basquetbol profesional de Estados Unidos. En 2021 abrió en línea la NBA Top Shot, su tienda online dedicada a la venta de NFTs relacionados con este deporte.

Entre los productos más polémicos que venden se encuentran clips de videos de jugadas de estrellas de la NBA como LeBron James, Derrick Rose o Michael Jordan, que alcanzan precios de hasta 1 millón de dólares.

Estos clips se ofertan como Momentos Legendarios y su valor se establece por la importancia del jugador, el tipo de encuentro que se jugó, la fecha y que tan impresionante fue la canasta.

Para las personas que no quieren arriesgar tanto dinero de un solo pago, la NBA Top Shot cuenta con paquetes para principiantes que van desde los 5 y 10 dólares.

No hay que ir tan lejos para encontrar casos similares. En México, el equipo de futbol Chivas también lanzó a mediados de 2021 su primera colección de NFTs que incluye imágenes, clips de video y GIFS con valores cercanos a los 40 mil pesos.

Los NFTs se están convirtiendo en grandes estafas

Adidas hizo lo mismo. En diciembre de 2021, la marca alemana anunció su entrada al Metaverso con una colección de NFTs en colaboración con algunos de los creadores más populares de este mundo virtual, como son Bored Ape Yacht Club, Pixel Vault y GMoney.

La venta de los NFTs de Adidas fue un éxito y todas las piezas se vendieron rápidamente, logrando ganar hasta 22 millones de dólares totales, debido a que los precios de salida fueron elevadísimos con la justificación de que los productos eran resultado de una de las colaboraciones más exclusivas jamás vistas en el mundo digital.

Pero es ahí en donde está el problema. A diferencia de los primeros artistas digitales que comenzaron a vender NFTs y que entregaban los derechos de autor a los compradores, las empresas no lo están haciendo.

Los videos de repeticiones de jugadas que vende la NBA no pasan a ser propiedad de quien compra el NFTs; las imágenes de Chivas no detallan si los compradores podrán tener todos los derechos sobre ellas y Adidas no garantiza que las skins que ya vendió serán únicas para siempre.

Estas malas prácticas han sido adoptadas también por empresas dedicadas a la generación masiva de NFTs, quienes contratan a artistas digitales para crear colecciones de hasta mil piezas similares, pero con ligeros cambios, que no dan a los compradores los derechos totales de la imagen.

Es cierto que la tecnología blockchain genera un certificado digital a un archivo y las transacciones que se han hecho sobre él, pero sólo en el mundo online. En la vida real, los derechos sobre esos productos no están llegando a los compradores.

Y es que muchas de las obras NFTs que se venden hoy en día no llegan a ser propiedad de los compradores realmente; sino que al momento de adquirirlos, las plataformas les envían un link en donde está albergado el archivo. Esto no impide que cualquiera pueda descargarlo, verlo o usarlo en cualquier red social.

Los videos de la NBA son el mejor ejemplo, los clips de las jugadas que venden se pueden ver en YouTube, noticieros de televisión o incluso en las redes sociales oficiales de la liga de manera gratuita, sin que esto resulte en un beneficio económico de la persona que pagó miles de dólares por él.

La falta de regulación sobre el tipo de productos que se venden como NFTs generan confusión en los compradores sobre las garantías y derechos que tiene su adquisición en el mundo real.


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Estafas con arte robado y manipulado

Otro grave problema que surgió con los NFTs es el robo de arte y contenido digital que empresas y plataformas están cometiendo para ganar dinero.

Se han dado cientos de casos en todo el mundo en que artistas y creadores de contenido encuentran sus obras a la venta en plataformas que ni siquiera sabían de su existencia.

En julio de 2021, esto llegó demasiado lejos, cuando se dio a conocer que muchas de las ilustraciones de la artista Qing Han, fallecida en 2020 a causa del cáncer, fueron puestas a la venta en un sitio de NFTs sin el consentimiento de su familia. Muchas de sus obras se vendieron en valores superiores a los 20 mil pesos mexicanos.

El robo de arte digital es complicado de identificar para los creadores originales, ya que existen cientos de tiendas que ofertan miles de archivos al día y es humanamente imposible revisar cada una en busca de un probable plagio. Muchas veces, son los seguidores quienes les notifican que una de sus obras está en venta.

El arte manipulado es otra forma en la que empresas y estafadores están generando fortunas en el mundo digital. Se trata de la creación de robots e inteligencias artificiales diseñados para generar imágenes casi aleatorias que se subastan como NFTs legendarios.

Hay versiones sofisticadas que permiten crear colecciones completas, por ejemplo, del mismo avatar, pero con un detalle característico como un peinado diferente, color o vestimenta; hasta aplicaciones mucho más simples que únicamente hacen un apilado de filtros, como lo es la página Nigth Café.

Manipular el arte de esta manera genera una pérdida de autenticidad de las obras y una mayor especulación de los precios de oferta.

Videojuegos y Metaverso

Similar al caso de Adidas, muchas marcas de ropa y empresas desarrolladoras están incursionando en el Metaverso a través de los NFTs.

La desarrolladora de videojuegos Ubisoft, por ejemplo, anunció que la próxima entrega de su título Assassin’s Creed sería punta de lanza para su nueva plataforma Quartz, que venderá NFTs que serán artículos exclusivos y visibles en el juego.

Si bien, las micro transacciones (o pagos para desbloquear accesorios o recursos) ya son una constante en casi todos los videojuegos de hoy en día, la idea de Ubisoft es vender artículos que los jugadores puedan volver a comercializar una y otra vez.

También, existen videojuegos que ya son un NFTs por sí mismo, como Axie Infinity, En estos, los jugadores que más dinero o artículos exclusivos compren, son los que tienen más ventajas sobre los demás.

Esto ocasiona que muchos competidores abandonen rápidamente la plataforma, devaluando el valor de las criptomonedas usadas en el videojuego.

Otro fenómeno extraño causado por los videojuegos NFTs son las «becas», en las que los jugadores que más dinero han gastado en el juego «becan» a los de menores recursos para que jueguen por ellos, a cambio de artículos que les sobren. Hay grupos de Facebook dedicados a esto.

Precios enormes por contenidos sin valor

Los NFTs se presentaron como una alternativa a explorar para hacer crecer el arte digital y apoyar a los creadores, pero al poco tiempo demostraron ser una máquina de dinero para gente con malas intenciones.

La venta de tuits y memes que han circulado por años en la web a precios millonarios dejó en claro que hacía falta una regulación certera para evitar la especulación y las estafas.

Muchas páginas, empresas e inversores de criptomonedas han sido acusados de comprar y venderse a ellos mismos varios NFTs para manipular el precio de los archivos y simular que se tratan de productos de alto valor.

Invertir en un NFTs es, por ahora, una apuesta de alto riesgo. No hay garantías sobre el valor real de una obra digital en Internet o los derechos que los compradores tienen sobre ellas.

Si se está considerando gastar dinero en una imagen de simio, un video de una jugada, un tuit de alguien famoso o una ilustración que pudo haber sido plagiada, lo mejor es investigar a fondo cuáles son sus derechos como comprador y si en realidad ese archivo vale tanto como se oferta.

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