¿Qué tienen en común John Fitzgerald Kennedy, Audrey Hepburn, Bob Dylan, Don Johnson, Andy Warhol o Madonna? Políticos, actores, músicos, artistas, celebrities... Todos ellos han sido y son asiduos a las Ray-Ban Wayfarer, las primeras gafas de sol de montura plástica, que han logrado convertirse en las más vendidas e imitadas de la Historia. Y es que, a pesar de cumplir 54 años, las gafas viajeras (del inglés wayfarer) que ejercen de «barrera contra los rayos» (literalmente de Ray-Banner, de donde procede en nombre de la marca), cada día están más de moda. La firma italiana Luxottica, propietaria desde 1999 de la legendaria marca, ha anunciado la reedición de las míticas Wayfarer originales para esta primavera-verano. Cuidando hasta el más mínimo detalle de aquéllas que salieron al mercado en 1953, la compañía rinde tributo al modelo que se ha convertido en un auténtico icono de la música y el cine.

Corría el año 1953, concretamente su mes de julio, cuando Elvis Presley grabó sus primeras maquetas en los Sun Studios de Memphis por 3,25 dólares. Ese mismo año aparecían las Wayfarer de Ray-Ban, la primera montura plástica de líneas continuas, diseñada para combinar alta calidad con modernidad y formas muy atractivas. Desde entonces, han estado presentes en el nacimiento y desarrollo de los movimientos musicales que han ido surgiendo a lo largo de las décadas: folk, punk, pop, country, indie…

Bob Dylan llevaba unas Ray-Ban Wayfarer durante la grabación de Highway 61 Revisited. En los años 70, Debbie Harry y Los Ramones las lucían en sus actuaciones en la mítica sala CBGB de Nueva York, cuna del punk norteamericano. Pet Shop Boys o Simon Le Bon también se apuntaron a la moda de las Wayfarer en los 80, mientras que superestrellas como Madonna o Michael Jackson protegían sus ojos con el modelo más roquero de la firma. La histórica montura negra, ya convertida en todo un objeto de culto y símbolo de cierto estatus artístico, también contó entre los accesorios favoritos de músicos más alternativos y personales como Michael Stipe, de REM, o Robert Smith, de The Cure. Los roqueros actuales siguen la tendencia: Brandon Flowers, Ricky Wilson o Alex Kapranos lucen el mismo modelo que las figuras musicales que ya son leyenda. Parece que, más de medio siglo después de su aparición, llevar un par de gafas con estilo propio como las Wayfarer es, junto a la chupa de cuero y los vaqueros, parte del ADN del rock & roll.

Una historia de amor con el cine. Paralelamente a su ascensión a lo más alto como icono musical, las gafas viajeras se adentraron en el universo cinematográfico de Hollywood. Y lo hicieron por la puerta grande: Cary Grant, corriendo para salvarse de un avión con intenciones asesinas en Con la muerte en los talones (1959); así fue su primera vez. Pero su participación más estelar fue nada menos que de la mano (o más bien del rostro) de la bella Audrey Hepburn (quien interpretaba a Holly Golightly), vestida de Givenchy y comiéndose un croissant ante el escaparate de Tiffany’s en la mítica cinta Desayuno con diamantes. Era 1961 y las Ray-Ban Wayfarer que lucía en esa inolvidable escena se convertían así en todo un símbolo del glamour más auténtico. La consagración absoluta llegó en 1980 con el musical The Blues Brothers, interpretado por los actores Dan Aykroyd y John Belushi. En Risky Business (1983), Tom Cruise las ponía definitivamente de moda como accesorio imprescindible del personaje que interpretaba: un joven ambicioso fascinado por el dinero, la riqueza y el poder.

ELMUNDO.ES | SUPLEMENTOS | MAGAZINE 391 | Medio siglo con las mismas gafas

Hannibal Lecter (Anthony Hopkins), en la escena final de El silencio de los corderos (1991), mientras esperaba a su psiquiatra; Harvey Keitel y su pandilla en la famosa escena de apertura de Reservoir Dogs (1992); Sonny Crockett (Don Johnson) en la teleserie Corrupción en Miami (1984)… Los ejemplos son innumerables y no sólo dentro de la pantalla grande: actores como James Dean, Bruce Willis o Jack Nicholson han sido fotografiados en algún momento de su vida cotidiana con las ya celebérrimas Wayfarer. Y en un ámbito más doméstico y patrio, los chicos televisivos de Caiga quien caiga, que las han convertido en casi un fetiche que da mucho juego en cada programa.

Por primera vez en la historia de este símbolo, la compañía ha decidido ponerlas incluso más de moda con la reproducción auténtica del modelo original hasta los más mínimos detalles: desde el tamaño del perfil, la estructura de la montura, las proporciones de las patillas y las bisagras, la geometría de las lentes y la firma distintiva de la marca en los cristales y las patillas.

Las nuevas gafas roqueras. Realizada por completo en acetato inyectado, la versión reeditada para esta temporada lleva el nombre de Ray-Ban Wayfarer RB 2140 y está disponible en cinco tonalidades distintas: además del clásico negro, que se puede encontrar en versión brillante y opaca, se incluyen tonos cálidos de carey claro y oscuro. Las nuevas Wayfarer incorporan unas lentes de cristal base 6 que se presentan en dos coloraciones a elegir: verde y canela. Como en las originales, las RB 2140 proporcionan una óptima claridad visual, excelente resistencia a los golpes y una protección del cien por cien frente a los rayos ultravioleta. Aunque no son accesibles para cualquier bolsillo (se comercializan a partir de 125 euros), la nueva versión de las gafas roqueras de siempre prometen ser lo más in de este verano.

Para celebrar la autenticidad del modelo y el regreso del ejemplar más conocido y cool de Ray-Ban, en noviembre y diciembre del pasado año se celebraron en Nueva York y Londres dos grandes acontecimientos. A través de una exposición, se pudieron admirar las fotografías de Mick Rock –uno de los fotógrafos musicales norteamericanos legendarios– en las que las Wayfarer son accesorios muy destacados.

Imágenes de auténticos iconos del mundo del rock como Bob Dylan, Blondie, Elvis Costello, U2 y REM y de reconocidos artistas como Johnny Marr, de The Smiths; Ricky Wilson, de los Kaiser Chiefs; Alex Kapranos, de Franz Ferdinand, y un largo etcétera conformaban esta gran muestra. «Las Ray-Ban Wayfarer molan, eso es un hecho. Lo sabe cualquier roquero que tenga una imagen y un estilo propios. Por eso, me encantará retratar estas elegantes lentes con mi mirada de rock & roll», manifestó el fotógrafo Mick Rock durante la presentación en la Gran Manzana.

Pero no sólo las Wayfarer han hecho historia al convertirse en el modelo más deseado e imitado de Ray-Ban (marca que nació en 1937 de mano de la empresa norteamericana Baush & Lomb). En 1933, esta última compañía fue elegida por la Fuerza Aérea de Estados Unidos para desarrollar dispositivos de protección visual para sus pilotos, ya que los visores que entonces utilizaban no eran suficientemente eficaces para protegerles de las condiciones solares que debían soportar a gran altitud y en situaciones adversas. De esta forma, nació el estilo Aviator, unas gafas de sol con lentes en forma de gota (imitando la forma de los cristales de los aviones), ligeras y cómodas. Un año después, salieron al mercado para todo tipo de público y tuvieron gran éxito entre los conductores, astronautas y entusiastas del deporte.

El primer modelo se llamó Anti-Glare Aviator Sunglasses (en la actualidad se comercializa básicamente igual bajo el nombre Aviator RB3025 Large Metal). Tenía una montura metálica de color dorado (registrada bajo el nombre de Arista), lentes verdes del 75% de oscuridad, puente de dos barras, patillas en espátula, y la firma Ray-Ban en la esquina superior izquierda del lente izquierdo, un detalle que se ha conservado hasta nuestros días en todos los modelos de la firma.

En 1999, Bausch & Lomb vendió la marca a la compañía italiana Luxottica Group, líder mundial en el sector óptico: en 2005, alcanzó unas ventas de 4.300 millones de euros que repercutieron unos beneficios netos de 342,3 millones de euros. Con más de 5.500 tiendas minoristas, en su mayoría en Estados Unidos, y una red mayorista que se extiende por 120 países en 28 mercados, el grupo incluye importantes empresas como Vogue, Persol, Arnette o REVO y marcas autorizadas como Bvlgari, Chanel, Donna Karan, Prada y Versace. A la cabeza, un italiano, Leonardo del Vecchio, que hoy en día es el segundo hombre más rico de Italia después de Silvio Berlusconi. Este emprendedor de origen muy humilde ha logrado construir un imperio partiendo de un pequeño taller de fabricación de anteojos. Actualmente, su fortuna personal se cifra en más de 4.700 millones de euros, convirtiéndose así en una de las 100 mayores de todo el mundo.

En www.ray-ban.com; www.luxottica.com

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